es un joven y espiritu libre, que encarna a la perfección la sensación de moda casual de los años 90 y la influencia pop de la época. Es una de las últimas creaciones durante el reinado de Gianni Versace, esencias caracterizadas por su ligereza y facilidad, que quedó en un segundo plano tras la muerte del diseñador y la adquisición de la dirección creativa por parte de su hermana Donatella.
Su pirámide olfativa inicia con varios elementos nuevos, entre los que destacan los cítricos, la fuerza y la potencia que crean un ambiente alegre, llena de buena energía y llena de felicidad. Luego su corazón toma un tono más amaderado y ligeramente masculino, con aromas florales y amaderados que combinan a la perfección con su fondo de sutil calidez y poder seductor, con notas como vainilla, ámbar y pachulí.
Gracias a sus rasgos sonrientes, esta fragancia tiene una gran aceptación entre el público femenino, por lo que se convierte en una excelente idea para regalar con la que tendremos el éxito asegurado.
